A lo largo del mundo existen edificios que desafían la lógica de lo posible. Algunos parecen cortados con bisturí, otros nacieron como respuestas ingeniosas a limitaciones urbanas extremas. Todo un desafío del hombre y la arquitectura.
En esta selección, cinco estructuras emblemáticas comparten una característica poco habitual: son tan estrechas que llaman la atención incluso en ciudades saturadas de rascacielos. En esta nota, un repaso por las construcciones más delgadas del planeta: viviendas mínimas, rascacielos afilados y protestas convertidas en patrimonio.
Se trata de los edificios más “finitos” del mundo. Están ubicados en distintas ciudades y representan un verdadero desafío para la arquitectura. Algunos fueron pensados como viviendas; otros, para usos mixtos como oficinas, hotelería o áreas comerciales.
1. Keret House (Varsovia, Polonia)
Diseñada por el arquitecto Jakub Szczęsny, esta microvivienda se encastra entre dos edificios en el barrio de Wola, Varsovia. En su punto más angosto mide apenas 72 centímetros y en el más ancho llega a 1,22 metros.

La estructura, finalizada en 2012, no se considera legalmente una vivienda sino una instalación artística habitable, ya que no cumple con los estándares mínimos de edificación en Polonia.
Pese a su tamaño, incluye cocina, baño, escritorio, dormitorio y escalera retráctil. Etgar Keret, escritor israelí, fue su primer ocupante temporal y le dio nombre.

Actualmente aloja artistas que desean experimentar el espacio durante cortas estadías. La electricidad proviene de un edificio contiguo y su sistema sanitario es autónomo. La casa busca repensar los límites de la arquitectura y demostrar que la habitabilidad puede expresarse en espacios extremos.
2. Flatiron Building (Nueva York, EE. UU.)
Ubicado en la intersección de Broadway y la Quinta Avenida, el Flatiron Building fue inaugurado en 1902 y se convirtió en un ícono de Manhattan. Su diseño triangular, que recuerda a una plancha de ropa, alcanza 87 metros de altura con 22 pisos.
En su extremo más angosto —donde Broadway y la calle 23 se encuentran— mide apenas 2 metros, contrastando con sus frentes de 190 pies en Broadway, 173 pies en Quinta Avenida y 86,9 pies en la calle 22. Fue uno de los primeros rascacielos neoclásicos con estructura metálica de la ciudad, y desde su inauguración marcó un hito en la arquitectura modernista de Nueva York.

Su forma triangular respondía a la geometría del terreno, una cuña urbana formada por Broadway, Quinta Avenida y la calle 22.
Aunque inicialmente suscitó críticas —algunos medios lo calificaron de “monstruosidad” preocupados por su estabilidad— su esqueletez estructural, con 3.500 toneladas de acero, le permitió resistir vientos y adaptarse al crecimiento urbano sin colapsar.

Fue uno de los primeros rascacielos con estructura metálica en la ciudad y símbolo del movimiento Beaux-Arts. Su forma respondía a las condiciones de su parcela, en un cruce de avenidas en diagonal. Aunque no es una residencia, su forma angulosa lo convierte en uno de los edificios más “finitos” del mundo. Durante décadas fue escenario de oficinas, fotografías urbanas y mitologías neoyorquinas.
3. Steinway Tower (Nueva York, EE. UU.)
Situada en la llamada “Billionaires’ Row” sobre la calle 57 de Manhattan, la Steinway Tower no solo impresiona por sus 435 metros de altura, sino por su proporción: es 24 veces más alta que ancha, lo que la convierte en el rascacielos residencial más delgado del mundo.

Diseñada por SHoP Architects y terminada en 2021, cuenta con 84 plantas y 60 unidades residenciales de altísimo valor. Algunas alcanzan precios de hasta 70 millones de euros.

En su interior hay piscina, gimnasio, terrazas y espacios comunes de lujo. Su esbeltez es tal que la torre parece desaparecer cuando se la observa de perfil. Se diseñó para atraer a inversores de alto poder adquisitivo y redefinir el lujo vertical en Nueva York.
4. Sam Kee Building (Vancouver, Canadá)
Este edificio de apenas 1,5 metros de profundidad en su planta baja fue construido en 1913 por el empresario Chang Toy, luego de que el gobierno expropiara gran parte de su terreno para ensanchar la calle. Lejos de renunciar al predio restante, decidió levantar allí una estructura funcional.

Con una planta superior que se proyecta hasta los 1,8 metros, el Sam Kee Building fue reconocido por el libro Guinness como el edificio comercial más estrecho del mundo.

Se ubica en el barrio de Chinatown y funcionó durante décadas como baño público japonés y oficina. Hoy forma parte del inventario de patrimonio histórico de Vancouver y se mantiene como punto turístico insólito.
5. Fetta di Polenta (Turín, Italia)
Su nombre —“rebanada de polenta”— lo dice todo. Este edificio construido por el arquitecto Alessandro Antonelli entre 1840 y 1881 ocupa una esquina triangular en el centro histórico de Turín. Su parte más angosta mide 54 centímetros, y alcanza una altura de 24 metros distribuidos en seis pisos.

Pese a su apariencia inverosímil, la estructura es completamente funcional. En su interior hubo viviendas, talleres y espacios de exhibición. Su diseño con vértices cerrados y ventanas angostas lo convirtieron en una rareza dentro de la arquitectura italiana del siglo XIX. En 2019 fue restaurado y abierto parcialmente al público como símbolo del ingenio urbano piamontés.
Más allá del diseño
Estos cinco edificios no solo llaman la atención por sus dimensiones reducidas, sino también por lo que representan. La Keret House cuestiona los límites de la vivienda; el Flatiron simboliza la modernidad urbana de principios del siglo XX; la Steinway refleja el auge del lujo vertical extremo; el Sam Kee convierte una expropiación en acto arquitectónico; y la Fetta di Polenta prueba que el ingenio también tiene historia.

Aunque muchos de estos espacios no fueron concebidos para viviendas permanentes, ofrecen una mirada distinta sobre el uso del suelo, el valor simbólico del espacio y la capacidad de la arquitectura para adaptarse a restricciones técnicas, normativas o físicas.