El tramo final de la campaña electoral reconfiguró el mercado inmobiliario. A pocos días de las elecciones legislativas, compradores, escribanos y bancos ajustan tiempos para concretar operaciones que podrían complicarse si el dólar da un salto o los créditos hipotecarios se detienen.
La tensión se siente en las entidades financieras. Algunas suspendieron momentáneamente los préstamos UVA (como Ciudad y Chubut), y otras redujeron el monto a financiar o endurecieron las condiciones. La decisión, explican en el sector, busca resguardarse ante posibles cambios en el tipo de cambio después del domingo.
Apuro en escribanías y bancos saturados
En las principales ciudades del país, las escribanías trabajan con turnos extendidos. Las operaciones hipotecarias dominan la agenda. “En los últimos días se multiplicaron las consultas para firmar antes de las elecciones. Los compradores quieren asegurarse el crédito y cerrar al valor actual del dólar”, señaló Lisandro Cuello, especialista inmobiliario.
El movimiento se repite en Córdoba, Rosario y Buenos Aires, donde los colegios profesionales informaron un incremento de hasta 20% en pedidos de escrituración urgente. Según operadores del sector, las demoras bancarias y la incertidumbre económica empujaron a muchos a adelantar cierres.
“Hay temor a que se interrumpan los desembolsos. Los bancos están priorizando carpetas ya aprobadas y postergan el resto para después del lunes”, explicó un directivo de una entidad pública.
Créditos más caros y acceso más difícil
La suba de tasas volvió a modificar el panorama del crédito hipotecario. Los bancos privados aplican intereses que rondan el 17% anual, mientras que los públicos, como el Nación, sostienen niveles más bajos, en torno al 4,5% más UVA.
El impacto en las cuotas es notable. Para una propiedad de USD 115.000, con 25% de anticipo y el resto financiado a 30 años, el pago mensual inicial puede variar entre $820.000 y $1.600.000, según la entidad y el perfil del cliente. Esa diferencia marca el límite entre acceder o quedar fuera del sistema.
“Los requisitos se endurecieron y las simulaciones muestran cuotas que superan el 30% de los ingresos familiares. En este contexto, muchos prefieren no arriesgarse y adelantan la operación”, indicó Cuello.
Freno de decisiones
El presidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), Carlos Spina, sostuvo que el escenario electoral siempre genera prudencia. “Cada proceso de votación introduce un compás de espera. Nadie quiere tomar decisiones importantes sin saber cómo quedará configurado el panorama económico y político”, explicó.
Spina destacó, sin embargo, que las operaciones en curso continúan. “Los desarrolladores siguen adelante con los proyectos y se enfocan en cerrar lo que ya tienen encaminado. Lo nuevo se posterga unos días hasta tener más claridad”, señaló.

Según su análisis, la previsibilidad será determinante para el crédito. “Si los resultados generan confianza, las entidades retomarán las líneas suspendidas. El mercado está expectante, no paralizado”, agregó.
El dólar marca el pulso
En las últimas ruedas, el dólar financiero superó los $1.550, un valor que vuelve a impactar en el humor del mercado. La mayoría de las operaciones inmobiliarias se pacta en dólares billete, por lo que cada movimiento repercute en reservas, renegociaciones y tiempos de cierre.
“El mercado argentino está atado al dólar. Cuando el tipo de cambio se mueve con fuerza, las operaciones se frenan, y cuando se estabiliza, vuelve la actividad”, explicó Alejandro Walger, director de Lepore Propiedades.
Walger consideró que una suba prolongada podría enfriar el ritmo actual. “No es inmediato, pero si el dólar sigue escalando, la fluidez se pierde. El argentino ya aprendió a esperar antes de vender por debajo de su expectativa”, apuntó.
En el segmento de alquileres, el efecto puede ser doble. Añadió: “Muchos propietarios que no logran vender podrían volcar sus departamentos al mercado locativo, lo que ampliaría la oferta. Pero otros buscarán mantener la rentabilidad en dólares, lo que empuja los precios hacia arriba y complica a los inquilinos”.
Expectativas y riesgos
El crédito hipotecario había mostrado una recuperación sostenida desde marzo, con más de 38.000 nuevos deudores incorporados al sistema. La suba de tasas y la pausa electoral interrumpieron ese proceso, aunque en el sector confían en una normalización si el resultado del domingo estabiliza la economía.
Spina opinó: “Cuando el crédito se detiene, se resiente toda la cadena. Pero si las entidades retoman los préstamos, el mercado puede recomponerse rápido”.
Cuello coincidió: “El gran objetivo de estos días es concretar las escrituras en curso. Si el dólar salta o las líneas siguen suspendidas, hay operaciones que podrían caerse”.
El mercado, entre la cautela y la oportunidad
El número de escrituras de septiembre fue el más alto en tres años. El impulso llegó de la mano de los créditos UVA y de la expectativa de estabilidad previa a las elecciones. Hoy, el escenario combina cautela y prisa: los compradores quieren cerrar, y los bancos, esperar.
Walger sostuvo que el mercado inmobiliario “necesita previsibilidad para consolidar la recuperación”. Añadió que, si el dólar se estabiliza y el crédito vuelve a fluir, “la demanda contenida podría transformarse en una nueva etapa de crecimiento”.
Cuello cerró con una advertencia: “Sería un retroceso volver a depender sólo del ahorro o la venta de otra propiedad para comprar. El crédito fue el motor de los últimos meses y debería seguir siéndolo”.