En Argentina, las casas contenedor se consolidan como una alternativa frente a la construcción tradicional. Su atractivo radica en la reutilización de estructuras metálicas que antes transportaban mercancías y hoy se transforman en viviendas, oficinas o alojamientos turísticos. En un contexto de costos altos y plazos extensos de obra, estas unidades prometen ahorro, agilidad y sustentabilidad.
Los contenedores marítimos, de acero reforzado, se reacondicionan con aislantes térmicos, aberturas, instalaciones y terminaciones. Pueden trasladarse en camiones, ampliarse con nuevos módulos y, en algunos casos, financiarse. Su éxito depende de equilibrar diseño, costos y aprobación municipal.
También están las que se venden llave en mano por distintas plataformas como Mercado Libre, entre otras, que vienen listas para instalarse.
Qué se necesita para convertir un contenedor en vivienda
Convertir un contenedor en una casa habitable requiere una serie de pasos técnicos y de obra:
- Refuerzo estructural al abrir puertas y ventanas.
- Aislamiento térmico y acústico con materiales adecuados.
- Instalaciones de agua, gas y electricidad.
- Revestimientos interiores, pisos y terminaciones.
- Cimientos y nivelación del terreno.
- Transporte y montaje con grúa.
- Aprobación de planos municipales.
El resultado puede ir desde una vivienda mínima de un ambiente hasta una casa familiar modular de más de 100 m2.
Cuánto cuestan las casas contenedor en octubre de 2025
Los valores dependen del tamaño, el equipamiento y las terminaciones. En el mercado local, las referencias son las siguientes:
- USD 10.000: módulo básico de 15 m2, un ambiente, con baño e instalaciones simples.
- USD 26.000: unidad de 30 m2, dos ambientes, con conexión eléctrica y sanitaria completa.
- USD 44.000: casa de 60 m2, cuatro ambientes y un baño, lista para habitar.
- USD 65.000: vivienda de 90 m2, cinco ambientes y dos baños, con aislación térmica y revestimientos interiores.
- Desde USD 100.000: proyectos de diseño con tres contenedores, acabados de alta calidad y sistemas de energía solar.

Los valores incluyen estructura, acondicionamiento y montaje básico, pero no contemplan terreno, servicios ni flete de larga distancia.
Ventajas y desafíos
Las casas contenedor se entregan en plazos reducidos —en algunos casos, menos de seis meses— y su origen reciclado reduce residuos. Están hechas de acero resistente a climas extremos y admiten ampliaciones modulares.
El ingeniero José A. Vives, titular de Dice Containers, señaló que existen opciones aprobadas: “Si el contenedor se usa tal como llega del puerto, no cumple con las medidas mínimas interiores. En nuestro caso respetamos las normativas municipales argentinas, por lo tanto, hay casas contenedor aptas para habilitación”.
Parte del auge de la construcción modular
El sistema modular ya suma más de 12.000 obras activas en Argentina, entre viviendas, oficinas y galpones. Reduce hasta 30% los costos respecto de la obra húmeda y acorta los plazos.
Agustina Iñiguez, arquitecta y editora de ArchDaily, explicó que “la modularidad permite una arquitectura rápida y de menor costo sin sacrificar calidad ni sostenibilidad”. Añadió que “el uso de energías renovables y sistemas de climatización eficientes crece de forma sostenida, mostrando el compromiso del sector con la construcción sustentable”.
El costo promedio de una obra modular se estima en USD 1.100 por metro cuadrado, incluyendo materiales, estructura y montaje.
Financiamiento y regulación
Algunas fábricas ofrecen planes de pago directo o convenios con el Banco Hipotecario, que financia parte del proyecto. También brindan el servicio de traslado e instalación en el terreno.

En 2025 lanzó una línea de crédito especial para viviendas modulares e industrializadas, que permite financiar hasta el 100% del valor de la obra sin necesidad de hipotecar otra propiedad.
Tasa: UVA + 15% nominal anual.
Monto máximo: 50.000 UVA ( $70.000.000 o USD 49.000, estimativo según cotización del dólar).
Plazo: 72 meses (6 años).
Primera cuota 30 días después de recibir la vivienda.
La cuota no puede superar el 25% del ingreso neto del solicitante. El crédito se desembolsa en dos etapas: 40% al inicio y 60% al finalizar la vivienda.
Aplica solo a proveedores adheridos (por ejemplo, Idero, Dice Containers y otras constructoras industrializadas). La tasa y los montos pueden variar según perfil crediticio y provincia.
En los municipios donde el sistema está regulado, estas viviendas deben cumplir los mismos requisitos que las tradicionales: planos aprobados, conexiones seguras y certificación estructural. La mayoría de los proyectos se instalan en zonas suburbanas o turísticas, aunque crece su presencia en entornos urbanos.
Una tendencia en expansión
Romina Parquet, representante de CIMC Wetrans en Argentina, sostuvo que “el mercado local está en una etapa inicial, con proyectos pequeños, pero el potencial para transformar la arquitectura es enorme”.
Indicó que los contenedores nuevos se ofrecen desde USD 3.800 más IVA, y que “esta metodología reduce tiempos y amplía las posibilidades de diseño, con aplicaciones que van desde viviendas hasta escuelas y hoteles”.
Opinión final
Para Iñiguez, el desafío principal es planificar con precisión: “Reducir los tiempos no implica improvisar. La clave está en anticipar el diseño, la instalación de servicios y el montaje para asegurar confort y durabilidad”.
La especialista concluyó que “el futuro de la vivienda urbana no estará en el ladrillo sino en la eficiencia de los sistemas modulares y sustentables”.