Parque Chas se prepara para celebrar su centenario en septiembre y mantiene intacta la singularidad que lo convirtió en un ícono urbano. Es el único barrio de Buenos Aires —y de la Argentina— con un trazado laberíntico: un entramado de calles curvas y circulares que llevan nombres de ciudades europeas y que, a simple vista, rompen con el damero tradicional porteño.
Este diseño, inspirado en el modelo de ciudad jardín inglesa, dio forma a un entorno de casas bajas, pasajes arbolados y vida vecinal intensa, donde la identidad barrial se sostiene con el paso de las generaciones.
El proyecto se remonta a 1925, cuando la familia Chas decidió subdividir sus tierras, originalmente parte de Agronomía. Los ingenieros Armando Frehner y Adolfo Guerrico diseñaron un plano radiocéntrico, con rotonda central y calles curvas, siguiendo la influencia de la ciudad jardín inglesa de fines del siglo XIX.
Propuesta innovadora para entonces
Este tipo de urbanismo buscaba integrar espacios verdes y promover vínculos comunitarios en un entorno residencial de baja densidad. Entre las 60 manzanas del barrio sobresalen curiosidades únicas: la calle Berlín forma un círculo perfecto, Bauness se cruza a sí misma y la plazoleta Vicente Chas reúne seis esquinas en un solo punto. Otra rareza se encuentra en la intersección de Gándara y Ginebra, donde una misma ochava es compartida por dos viviendas.

Las primeras 20 casas se destinaron a obreros y, en paralelo, se aprobó la modificación del trazado. En noviembre de 1927, el rematador G.G. Grosso (del que no se sabe su nombre, solo las siglas) organizó la venta inicial de lotes bajo la consigna “Barrio Parque Chas, único en Sudamérica”. La campaña destacaba la cercanía con el entonces flamante Hospital Tornú y la posibilidad de adquirir terrenos accesibles para construir viviendas familiares.
En 1933, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza que asignó nombres a las calles nuevas: Ginebra, La Haya, Dublín, Tréveris, Turín, Moscú, Belgrado y Bucarest, entre otras. La elección reforzaba el carácter cosmopolita y moderno que se buscaba proyectar en la época.

Hoy sus límites oficiales son La Pampa, avenidas Triunvirato, Combatientes de Malvinas, Chorroarín y De los Constituyentes. El barrio se caracteriza por calles cortas, veredas angostas, farolas bajas y arboledas maduras que aportan sombra y carácter. Durante décadas, Parque Chas figuró administrativamente como parte de Agronomía, aunque sus vecinos mantuvieron un fuerte sentido de pertenencia. En 1976, un decreto del intendente Osvaldo Cacciatore eliminó su categoría de barrio. La restitución llegó en 2005 con la ley 1907, tras un prolongado reclamo vecinal que recuperó oficialmente su autonomía.
La arquitecta Magdalena Eggers, autora de la tesis de maestría “Vivirán en un paraíso”, explica que fue el último barrio en constituirse formalmente en la ciudad. “Encontramos una ordenanza de enero de 1976 que lo nombraba como barrio, pero seis meses después fue derogada por decreto. Reflotamos esa ordenanza para volver a recuperar el barrio”, señaló.

El Código Urbanístico lo clasifica como Urbanización Determinada (U39), lo que impone restricciones a la construcción en altura y protege la escala residencial. El área concentra casas de lote propio, PH y dúplex; los edificios son escasos y se encuentran principalmente en los límites.
Lo inmobiliario
Román Andrés Paikin, de San Román Propiedades, detalla que “desde su centro parten calles curvas y circulares con nombres europeos que generan un recorrido laberíntico; si no se conoce, es probable necesitar GPS para orientarse”.
En materia de precios, los PH parten de USD 165.000, las casas de lote propio oscilan entre USD 250.000 y USD 350.000 y las más exclusivas superan los USD 500.000.

Lucas Bonillo, de Centro Inmobiliario Bonillo, señala que las propiedades en general van de USD 240.000 a USD 600.000, mientras que los alquileres de dos y tres ambientes varían entre $500.000 y $1.200.000. Los PH o departamentos de tres ambientes en valores de USD 130.000 a USD 170.000 son los más demandados, especialmente desde el regreso del crédito hipotecario.
Las zonas más buscadas se concentran en el casco histórico, sobre calles como Liverpool, Londres, Berlín o Atenas, donde el trazado curvo, el bajo tránsito y la homogeneidad arquitectónica refuerzan la identidad local.

Parque Chas mantiene costumbres que lo diferencian de otros barrios: ferias vecinales, reuniones en plazoletas, murales que narran su historia y un tejido social cohesionado. La cercanía con la Facultad de Agronomía y sus espacios verdes refuerza su atractivo ambiental.
Joaquín Manuel Castro, creador del perfil Buenos Aires al Paso, resalta que “no es un lugar de paso para autos; salvo los propios vecinos, nadie lo atraviesa. Los murales, las plazoletas y el tejido bajo aportan un carácter único”.

El entramado urbano también influye en la vida cotidiana: calles estrechas que invitan al encuentro, lotes cortos que limitan la presencia de jardines amplios, pero fomentan terrazas y espacios interiores versátiles. Muchas viviendas se reciclaron tras la pandemia, incorporando baños adicionales y áreas de conexión interior-exterior. Pocas tienen piscina, pero algunas propiedades superan los USD 700.000 por ubicación y características.
Cómo serán los festejos
Para celebrar los 100 años, entre septiembre y octubre se desarrollará un calendario de actividades barriales. La fiesta central será el domingo 5 de octubre en la Plaza Éxodo Jujeño, con feria, música en vivo, cine al aire libre y recorridos guiados por el casco histórico.

Eggers destaca que la organización es colectiva: “Somos una comunidad muy movilizada, con fuerte sentido de pertenencia. Los festejos se organizan de forma horizontal y abierta, y buscan resaltar la identidad y la solidaridad entre vecinos”.
Más allá de las celebraciones, el centenario pone en valor la historia y el presente de un barrio que, con su trazado singular, sigue ofreciendo un estilo de vida distinto dentro de Buenos Aires.
En cuanto a las calles con mayor demanda, Paikin remarcó que se concentran en el corazón del barrio, donde se destaca el trazado circular. “Son calles con nombres como Berlín, Londres o La Haya. Las manzanas no tienen forma regular y eso les da un aire encantador, como de otro tiempo”, concluyó.