En una transformación histórica, el Estadio José María Minella de Mar del Plata dejará atrás décadas de deterioro para reconvertirse en el recinto con mayor capacidad del país con público completamente sentado. El Concejo Deliberante local aprobó la adjudicación del predio a la empresa Minella Stadium SA, única oferente en la licitación pública, que también incluye la concesión del Polideportivo Islas Malvinas y el Parque Municipal de los Deportes.
El Estadio José María Minella se encuentra en el barrio Las Avenidas, al sur del centro de Mar del Plata. Está ubicado dentro del Parque Municipal de los Deportes “Teodoro Bronzini”, sobre la Avenida Juan B. Justo al 3500, entre las avenidas Canosa y Ortiz de Zárate.
El predio incluye también al Polideportivo Islas Malvinas y otras instalaciones deportivas municipales. Es una zona de fácil acceso desde distintos puntos de la ciudad, cercana al Puerto y al barrio Punta Mogotes.
El plan de obras impulsado por la gestión del intendente Guillermo Montenegro prevé una inversión total estimada en 40 millones de dólares durante los 30 años de concesión, con posibilidad de extenderse otros 10. La compañía, integrada por el grupo inversor brasileño Revee y el argentino Pro Enter, está presidida por el abogado especializado en derecho deportivo Rafael Trevisán.

Según los términos del contrato, deberá organizar al menos 30 eventos anuales en el estadio y entre 50 y 60 en el Polideportivo, además de partidos de fútbol profesional y eventos pactados con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Adiós a las populares
El cambio más resonante será la eliminación de las tradicionales tribunas populares. En su lugar, se instalarán 7.520 butacas distribuidas en las cabeceras norte y sur, que pasarán a llamarse “plateas populares”. La medida reducirá la capacidad del estadio de 35.180 a 31.020 personas en una primera etapa. A futuro, una ampliación con plateas en altura podría sumar otras 990 localidades.
De este modo, el Minella se convertirá en el segundo estadio del país con todos sus espectadores sentados, detrás del Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Sin embargo, descenderá en el ranking nacional de capacidad, del puesto 16 al 22, superado por canchas como la de Banfield, Belgrano y Deportivo Morón.
La modificación también responde a estándares internacionales de confort y seguridad. El foso perimetral será cubierto por una losa, sobre la que se instalarán 2.254 plateas preferenciales a nivel de campo. La platea techada oeste —clausurada desde 2021— será reacondicionada con 10.738 butacas nuevas, mientras que en la platea descubierta este se instalarán otras 10.508.
Nuevos palcos y áreas de hospitalidad
El proyecto incorpora una zona de hospitalidad con servicios premium que lo transformarán en algo único dentro de espectáculos deportivos y shows.

Se construirá un palco preferencial con capacidad para 122 personas, ubicado en el centro de la platea este, y un área de hospitalidad de 872 metros cuadrados, con baños propios, pantallas led, cocinas, mobiliario de alta gama, iluminación específica y servicio de wifi. El acceso será exclusivo, desde el estacionamiento, mediante ascensor.
Una sede histórica, en ruinas
Inaugurado el 21 de mayo de 1978, el Estadio José María Minella fue una de las ocho sedes del Mundial de ese año. Allí se disputaron seis partidos del Mundial 1978, entre ellos el empate 1 a 1 entre Brasil y Suecia, y el recordado encuentro en el que Francia debió jugar con la camiseta de Kimberley de Mar del Plata. Ocurrió ante Hungría, tras una confusión logística que dejó a ambos equipos con uniformes blancos. Como resultado, Francia utilizó la camiseta albiverde a rayas verticales del club marplatense y ganó 3 a 1.

En ese partido, Michel Platini jugó con los colores de Kimberley.Fue la única sede mundialista fuera del área metropolitana y homenajea al exfutbolista marplatense José María Minella, quien se destacó en River Plate.
En décadas posteriores, fue sede de los tradicionales torneos de verano, del Mundial Sub-20 de 2001 que ganó la selección argentina y de recitales masivos como los de Queen en 1981, Rod Stewart en 1989, Charly García en 1995, Soda Stereo en 1992, y La Renga en 2006 y 2015, entre otros.

A nivel local, el estadio fue utilizado por Aldosivi y Alvarado, los dos clubes más representativos de Mar del Plata, tanto en torneos de ascenso como en Primera División. Con el tiempo, y ante el deterioro edilicio, su uso se redujo. La clausura parcial de sectores clave, el alto costo de mantenimiento y la falta de inversiones lo dejaron prácticamente en desuso.
El proyecto político detrás del cambio
La aprobación de la concesión se resolvió con 15 votos a favor por parte de los bloques del PRO, La Libertad Avanza, la UCR y la Coalición Cívica, y 9 votos en contra de Unión por la Patria, el Frente Renovador y Acción Marplatense. La normativa establece que, al haber una sola oferta válida, se requería autorización expresa del Concejo para avanzar con la adjudicación.
“Esto lo vamos a ver nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Esto les va a quedar a todos los marplatenses y a todos los argentinos”, escribió en sus redes el intendente Montenegro tras la aprobación.

El concejal oficialista Guillermo Volponi, ex presidente del EMDER, destacó que se trata de una “inversión histórica” que eliminará un gasto millonario para el municipio y permitirá que la ciudad deje de sostener con fondos públicos un estadio en estado crítico.
Según el pliego, la inversión inicial comprometida es de 29.559 millones de pesos, con posibilidad de escalar a 47.000 millones en caso de incluir ampliaciones. El canon anual a abonar al municipio será de 120 millones de pesos.
Desde la oposición, sin embargo, surgieron críticas por la magnitud del plazo y el bajo ingreso estimado para las arcas públicas. “Esto no es una concesión, es una entrega del patrimonio público. Se entrega por 40 años el futuro urbano, deportivo y cultural de la ciudad a cambio de migajas”, cuestionó en sesión el concejal Diego García (UxP).
El impacto en el Parque de los Deportes
La adjudicación también incluye al Polideportivo Islas Malvinas, construido para los Juegos Panamericanos de 1995. Allí fueron locales Peñarol y Quilmes por la Liga Nacional de Básquet, y se disputó la final de la Copa Davis 2008 entre Argentina y España. El espacio también albergó shows como los de Les Luthiers, Fito Páez, Joan Manuel Serrat, Divididos, Los Fabulosos Cadillacs y Andrés Calamaro, entre otros.

La intención del Ejecutivo es transformar todo el Parque de los Deportes en un centro de eventos de alta gama, con instalaciones que permitan desarrollar actividades culturales, deportivas y corporativas durante todo el año.