En un nuevo Mano a Mano del streaming de Ladrillo.Info, que puede verse en YouTube, se realizó un extenso análisis sobre el presente y el futuro del mercado inmobiliario. Con la conducción de Federico Miqueo, el desarrollador inmobiliario, broker, docente y conferencista internacional Gustavo Ortolá Martínez, fundador de LIKE Propiedades y titular de la Academia Real Estate, compartió su mirada sobre el cambio de ciclo, las oportunidades de inversión y la transformación profunda que atraviesa la actividad.
Con más de tres décadas de trayectoria, Ortolá Martínez sostuvo que el mercado se encuentra en una etapa de reacomodamiento, luego de lo que definió como “la regresión inmobiliaria más larga de la historia argentina”. En ese marco, remarcó que comienzan a aparecer señales que anticipan un nuevo escenario: estabilidad cambiaria, reaparición del crédito y precios que empiezan a dejar atrás el piso.
“El mercado inmobiliario es cíclico y estamos entrando en un nuevo ciclo. Cuando el dólar se plancha, cuando aparece el crédito y la economía empieza a mostrar señales positivas, los precios de las propiedades tienden a subir”, afirmó. Según detalló, en la Ciudad de Buenos Aires los valores promedio ya registraron subas cercanas al 5%, con barrios como Núñez mostrando incrementos de dos dígitos.
Para Ortolá Martínez, este contexto abre una ventana de oportunidad clara. “Es momento de comprar. Sacar esos dólares del colchón y volcarlos al ladrillo. El que puede calificar para un crédito, que lo haga. El crédito hipotecario no es algo habitual en la Argentina y cuando aparece, hay que aprovecharlo”, señaló.
El referente del sector explicó que hoy existe un desfasaje marcado entre el valor de las propiedades usadas y el costo de las unidades nuevas, impulsado por un costo de construcción elevado. “Comprar usado hoy es una oportunidad. También hay desarrollos que están por debajo del costo de producción y eso no dura para siempre”, advirtió.
El impacto de la pandemia y el salto tecnológico
Durante la charla, Ortolá Martínez marcó a la pandemia como un punto de inflexión tanto en su carrera como en la actividad inmobiliaria en general. Si bien reconoció el impacto negativo que tuvo para muchos sectores, destacó que funcionó como un acelerador de procesos que ya estaban latentes.
“La pandemia fue un catalizador brutal. Nos dio algo que no teníamos: tiempo. Tiempo para comunicarnos mejor, para capacitarnos, para educarnos y para incorporar tecnología”, explicó. En su caso, ese proceso se tradujo en una mayor presencia en redes sociales y en la construcción de una comunidad vinculada a la capacitación y la inversión inmobiliaria.
En ese sentido, subrayó que hoy existe una “nueva forma de conocimiento”. “La gente te dice ‘yo a vos te conozco’, no porque te vio en una oficina, sino porque te sigue en redes. Eso cambió la relación con el cliente y con el mercado”, afirmó.
Un inmobiliario distinto al de hace cinco años
Uno de los ejes centrales de la entrevista fue la transformación del rol del agente inmobiliario. Ortolá Martínez fue categórico: “El inmobiliario de hoy no tiene nada que ver con el de hace cinco años. Si no te actualizás, hacés otra cosa”.
Según explicó, ya no alcanza con sostener una trayectoria o una marca construida en el pasado. La velocidad del cambio tecnológico, la irrupción de la inteligencia artificial y la profesionalización del sector obligan a una capacitación constante.
“El negocio dejó de ser individual. Hoy es colaborativo. Es en red, en equipo, en familia. El que sigue guardando propiedades en un cajón, como se hacía antes, se queda afuera”, sostuvo.
En esa línea, señaló que muchas de las falencias históricas del sector tienen que ver con la falta de formación. “Durante años, el negocio inmobiliario se gestionó con poco entrenamiento y capacitación. Hoy los nuevos agentes estudian en la universidad, trabajan en equipo, maneján herramientas digitales y entienden el mercado de otra manera”, explicó.
Profesionalización y estigmas
Ortolá Martínez también se refirió al estigma que históricamente rodeó a la figura del martillero. “Existe una mala imagen, la del que gana fácil o engaña al cliente. Esa imagen la construyeron los antiguos, mintiéndole a la gente”, afirmó.
Sin embargo, destacó que esa percepción comienza a cambiar. Explicó: “Hoy hay otra cara del inmobiliario. Gente joven y no tan joven, formada, que habla idiomas, que entiende de economía y de tecnología. El cliente es cada vez más exigente y eso obliga a elevar el nivel”, explicó.

Para el fundador de LIKE Propiedades, el cambio no es una cuestión de edad, sino de mentalidad. Hay personas de 70 u 80 años que se adaptaron. El problema no es la edad, es no tener permeabilidad al cambio.
Procesos, método y experiencia del cliente
Con formación en ingeniería industrial y experiencia en grandes marcas del retail, Ortolá Martínez destacó la importancia de aplicar procesos claros al negocio inmobiliario. “La venta no es improvisación. Es un proceso con inicio, desarrollo y desenlace. Es casi una obra de teatro”, graficó.
Ese enfoque, explicó, fue clave para trasladar conceptos como experiencia del cliente, branding y estandarización al real estate. “El cliente no compra solo una propiedad, compra confianza, información y acompañamiento”, señaló.
Invertir, incluso de a poco
Consultado sobre qué recomendaciones le daría hoy a quien evalúa invertir, Ortolá Martínez fue directo: “Si tenés unos pesos, comprate un metro cuadrado. No lo guardes. Es un granito de arena todos los días”.
Según explicó, la historia muestra que, en contextos de estabilidad y crédito, el mercado inmobiliario tiende a recuperar valor. Afirmó: “Esto ya pasó. No muchas veces en la Argentina, pero pasó. Y cuando pasa, el ladrillo responde”.
La lógica de su red inmobiliaria
En ese marco, repasó la evolución de LIKE Propiedades, que nació como una empresa para comercializar desarrollos propios y hoy funciona como una red nacional con presencia en distintas ciudades. “LIKE es mi familia. Es una red federal, profesional y colaborativa”, definió.
El crecimiento, explicó, se apoyó en la capacitación, el liderazgo y el trabajo en equipo. Remarcó: “No busco volumen por volumen. Busco profesionalización”.
Mirada hacia 2026
De cara al futuro, Ortolá Martínez se mostró optimista. “Veo un 2026 con más crédito, más actividad y más gente comprando. El mercado se está acomodando y las oportunidades están”, sostuvo.
Para cerrar, resumió su objetivo personal y profesional: “Quiero aportar todos los días un granito de arena para mejorar y profesionalizar la especie inmobiliaria. Que se nos reconozca por lo que sabemos y por cómo hacemos las cosas”.