En un nuevo episodio del streaming de Ladrillo.Info, conducido por Federico Miqueo y que puede verse en Youtube, el foco se colocó sobre una inquietud que vuelve a tomar fuerza a partir de la reactivación de los créditos hipotecarios: qué propiedades ofrece hoy el mercado por un valor que no supera los USD 100.000. Para abordar el tema con precisión, el programa convocó a tres referentes con experiencia directa en la dinámica diaria de compra y venta: María Laura Arredondo, team leader del Team Arredondo Remax; Alejandro Moretti, titular de Nuevo Siglo Propiedades y miembro del Colegio Inmobiliario porteño; y Laura López Lima, agente inmobiliario con presencia constante en distintas zonas de la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.
Desde el comienzo, quedó claro que el monto de USD 100.000 funciona como un “piso emocional” para el comprador que busca el primer hogar. No alcanza para todo y tampoco abre todas las puertas, pero logra conectar expectativas con oportunidades concretas si se entiende qué zonas conviene mirar, qué tipo de unidades aparecen con más frecuencia y qué ajustes debe aceptar el interesado para cerrar una operación sin frustraciones.
El intercambio permitió comparar experiencias, revisar ejemplos reales y ofrecer criterios claros para quien intenta planificar una compra en un contexto donde la demanda vuelve a moverse después de años de quietud.
Qué se consigue hoy dentro del rango de USD 100.000
Los tres invitados coincidieron en que el mercado no ofrece una única respuesta, sino un abanico que varía según la ubicación, la antigüedad del edificio y el estado general de cada propiedad. Arredondo explicó que en barrios porteños como Villa del Parque, Paternal, Saavedra, Villa Devoto, Flores o parte de Núñez, los USD 100.000 permiten acceder a dos ambientes amplios, generalmente en edificios con mantenimiento razonable y expensas que no superan valores de referencia.
En una Ciudad donde la cotización por metro cuadrado cayó en los últimos años, esa cifra vuelve a resultar relevante para unidades que hace cinco años quedaban muy por encima.

Moretti sumó el mapa de otras áreas donde el presupuesto rinde más: Almagro, Boedo, Parque Chacabuco y Caballito sur todavía muestran departamentos usados que respetan los valores del segmento. En algunos casos, incluso aparece la posibilidad de un tres ambientes tradicional, aunque con la condición de aceptar cocina o baño para actualizar. “El comprador que acepta una intervención leve gana metros y ubicación”, señaló, y remarcó que el segmento usado recuperó atractivo porque permite una mudanza rápida y reduce la incertidumbre.
López Lima aportó la mirada del Gran Buenos Aires, en especial de la franja cercana a la Ciudad. En zonas como Wilde, Florida Oeste, Munro, Villa Martelli o parte de San Martín, el monto permite acceder a PH con patio o departamentos de tres ambientes, siempre que cumplan ciertos requisitos de mantenimiento. La demanda por PH volvió a crecer porque ofrece independencia, bajas expensas y potencial de ampliación si el comprador proyecta familia o teletrabajo.
El debate dejó en evidencia que no existe un único producto estrella, pero sí un criterio firme: el que prioriza metros busca usado y acepta pequeñas refacciones; el que privilegia comodidad inmediata mira edificios de los últimos diez años, aunque reduzca superficie.
El lugar del crédito y cómo actúa dentro del presupuesto
La conversación avanzó hacia un punto que preocupa y entusiasma a la vez: la reaparición del crédito hipotecario. Los tres coincidieron en que el movimiento todavía es incipiente, pero suficiente para reanimar la búsqueda del segmento joven. Arredondo explicó que muchos clientes llegan al mostrador con una idea básica: tienen un anticipo y quieren saber si, con crédito, logran ubicarse dentro de los USD 100.000 sin quedar en riesgo futuro.
En ese sentido, aclaró que el anticipo no solo reduce el monto financiado, sino que mejora el margen de negociación con el vendedor, que mira con mejores ojos a quien muestra capacidad real de cierre.
Moretti profundizó en un concepto que generó interés: el crédito no reemplaza el ahorro, pero se convierte en un acelerador que permite a parejas o compradores individuales romper la barrera que los mantuvo en alquiler. En su experiencia, el comprador que aparece con un anticipo sólido obtiene mejores tiempos y evita quedar relegado frente a oferentes que dependen de un plazo mayor.
López Lima, por su parte, explicó que en el conurbano los créditos hipotecarios se sienten con más fuerza porque el mercado es más sensible a la demanda juvenil. Allí, el financiamiento abre la puerta a unidades que hace pocos meses parecían imposibles. El desafío consiste en mirar gastos, impuestos, expensas y eventuales ajustes para no tensionar el presupuesto futuro.
Los tres especialistas coincidieron en que el crédito vuelve a instalar una lógica de planificación, algo que el mercado perdió durante muchos años de operaciones completamente dolarizadas. Esto, sumado a la baja de precios acumulada, generó un escenario donde USD 100.000 vuelven a ser una referencia concreta para quien busca una vivienda de calidad intermedia.
Cómo elegir: zona, expensas y estado general
Una parte del debate se centró en decisiones prácticas, esas que suelen definir si una compra resulta acertada o termina en problemas. Arredondo remarcó que la zona debe pesar más que los metros: la cercanía al transporte, la presencia de comercios de base, la seguridad y la calidad del entorno influyen en la vida cotidiana tanto como el tamaño de la unidad. En su criterio, el comprador que prioriza un barrio estable termina amortizando mejor la inversión.
Moretti sugirió observar con detalle el estado de consorcios y expensas. Un departamento que cuesta USD 95.000 puede convertirse en un problema si las expensas duplican el promedio de la zona o si el edificio enfrenta obras de gas, ascensores o impermeabilización que el nuevo dueño debe asumir. Por eso insistió en solicitar la información por escrito antes de cerrar cualquier reserva.

López Lima habló del estado real de la propiedad. Una pintura superficial puede tapar humedad, pérdidas o instalaciones antiguas. Recomendó revisar baños, cocinas y terrazas con un profesional o, al menos, con un familiar que tenga experiencia. En su opinión, quien compra con presupuesto ajustado debe evitar sorpresas que exijan gastos inmediatos después de la mudanza.
El mercado muestra señales de recuperación
Aunque la charla no buscó triunfalismos, sí permitió leer un cambio de clima. Arredondo observó que el comprador joven volvió a pedir turnos, visitar unidades, preguntar y comparar. Moretti agregó que los vendedores muestran mayor flexibilidad y aceptan propuestas que hace un año rechazaban sin mirarlas. López Lima comentó que la demanda se expandió hacia zonas donde no había movimiento y que el rango de USD 100.000 recuperó protagonismo porque combina aspiración y posibilidad.
La sensación general es que el mercado no regresó al boom, pero dejó atrás la parálisis. Y ese punto intermedio abre una ventana para quienes buscan su primer hogar con un presupuesto que sigue siendo exigente, pero no imposible.
Para cerrar, Moretti dejó una frase que sintetizó el espíritu del debate: “El comprador que organiza sus prioridades y entiende el valor real de USD 100.000 descubre oportunidades concretas. No alcanza para todo, pero abre caminos que parecían cerrados”, concluyó.