Una propiedad conocida por los fanáticos de El jardín de bronce vuelve a escena, aunque por un motivo completamente distinto. La casona situada en Matienzo y Ciudad de la Paz, en pleno Palermo Hollywood, ingresó al mercado inmobiliario y despertó consultas tanto por su historia como por su estética original.
La vivienda, construida en 1929, conserva la identidad de una época y mantiene elementos que ya no son frecuentes en las residencias actuales.
Desde el primer vistazo, la casa impone presencia. El retiro de frente, el porch elevado, las carpinterías de madera maciza, los vitrales Tudor y la escalera central marcan un estilo que dialoga con el pasado. Esos detalles fueron clave para que la producción de HBO eligiera esta propiedad como una de las locaciones centrales del thriller protagonizado por Joaquín Furriel (con actores como Luis Luque y Maite Lanata, entre otros, con guión de Gustavo Malajovich), donde varias escenas aprovecharon la amplitud de los ambientes y la densidad visual de su arquitectura.

Otra característica que distingue al inmueble es su superficie total de 500 m2, con 10 ambientes, 6 dormitorios, 5 baños, toilette y cochera.
A esto se suma un jardín arbolado al frente, un valor poco habitual dentro de un barrio que combinó renovación urbana con crecimiento gastronómico y cultural en las últimas décadas. Ese verde propio, según especialistas, aporta jerarquía y privacidad en un punto donde la densidad edilicia creció sostenidamente.

Martín Pinus, titular de Martín Pinus Real Estate, explicó que la casona “siempre despertó interés por su arquitectura sólida y su versatilidad”. A lo largo de casi un siglo, la propiedad funcionó como casa particular, estudio profesional, centro de rehabilitación y hotel boutique.
Para Pinus, ese recorrido demuestra la nobleza de la estructura. “Quien la compre podrá actualizarla, pero lo ideal es que conserve el espíritu de época que todavía mantiene”, señaló.
Desde lo arquitectónico
La visión técnica suma otra capa de lectura. La arquitecta Mariana Lucángeli, especialista en puesta en valor de viviendas históricas, definió la residencia como “un exponente representativo de la arquitectura residencial de finales de los años veinte”.

Subrayó que la materialidad original permanece visible en casi todos los sectores: pisos de pinotea intactos, boiseries, arañas inglesas y holandesas, puertas de madera y vidrio, carpinterías con fallebas y celosías, además de vitrales Tudor ubicados incluso en el subsuelo.
El interior se organiza en cuatro niveles. La planta baja reúne la zona social: recepción, hall distribuidor, estar al frente, comedor con bow-window, toilette, cocina amplia con acceso al lavadero, patio de servicio y una cochera con ingreso directo.

En el primer piso, la zona privada presenta cuatro dormitorios en suite, dos con balcón, y la posibilidad de configurar una suite principal con vestidor y baño propio. El segundo piso incorpora un quinto dormitorio con baño y una terraza de grandes dimensiones que permite usos múltiples como quincho, atelier o solárium.
El subsuelo, en tanto, incluye un salón multiuso, depósito y un área donde se conservan los vitrales originales de estilo Tudor.
De acuerdo con Lucángeli, la casa muestra “un potencial excelente para proyectos de actualización sin pérdida de autenticidad”.

Precisó que requiere modernización de instalaciones, renovación de cocina y baños y restauración de carpinterías puntuales, aunque resaltó que la estructura permite intervenciones respetuosas sin alterar su lenguaje arquitectónico de origen.
¿El impacto audivisual ayuda a venderse?
La exposición en una serie suele generar curiosidad, pero según Pinus no altera la tasación real de la propiedad. “La casa tiene un valor propio por su estilo, su ubicación, sus ambientes y su estado general. El antecedente audiovisual queda como anécdota, no como factor de precio”, afirmó.
Aun así, reconoció que muchos visitantes se sorprenden al recorrer los espacios donde se filmaron escenas reconocidas de El jardín de bronce.

El perfil de quienes consultan también ofrece pistas del mercado actual. Pinus detalló que la vivienda atrae a familias que buscan casas amplias con jardín, a estudios profesionales que valoran presencia institucional y a interesados en proyectos turísticos o gastronómicos, siempre dentro de los límites que fija la normativa de la zona. Para el corredor, la versatilidad de usos es una de las principales fortalezas del inmueble.
En zona dinámica
En relación con los valores, el segmento de casas centenarias de alto estándar en Palermo Hollywood, Colegiales y Belgrano maneja un precio estimado de USD 3.200 el m2. Pinus indicó que este mercado se mantiene activo incluso en meses de menor movimiento general, impulsado por compradores que priorizan autenticidad, buena luz, amplitud y estructura sólida por encima de la actualización inmediata.

La poca disponibilidad de propiedades con estas características también influye en la demanda. Pinus señaló que quedan muy pocas casonas con retiro, jardín y más de 300 m2 reales dentro del barrio.
“Cuando aparece una propiedad así, genera interés rápido, incluso en ciclos fríos. El valor de reposición es muy alto: recrear hoy esta calidad constructiva resulta prácticamente imposible”, remarcó.

Para quienes piensan en la compra como una inversión a mediano plazo, Pinus sostuvo que el combo de estilo, ubicación y versatilidad “suele sostener valor incluso frente a fluctuaciones del mercado”.

En su análisis final, aseguró que la casona mantiene un atractivo permanente por ser un ejemplo claro de arquitectura de época, con una identidad que no se replica en la oferta actual de Palermo Hollywood.